EL REY LEÓN Y LA JUNGLA
EN PELIGRO
Su ejército, el del león, estaba
conformado por doce conejos, veintiséis burros, un caballo y dieciséis
serpientes. Sus amigos habían liberado al lobo del barro. Entonces, el león, el
lobo, los amigos del león y su ejército eran muchos para derrotar a los
hombres. Una hora después ya habían hecho que esos hombres se fueran. Los
hombres no volvieron a la jungla y todos vivieron en ellas felices para
siempre.
En un
pequeño pueblo, había un bosque donde vivía un gigante que no quería compartir
su manantial. Cada vez que el salía del manantial los niños iban a jugar. Cierto
día se acostaron a descansar debajo de un árbol quedándose dormidos y uno de
ellos soñó que el gigante los perseguía muy bravo e inmediatamente llegaron sus
ángeles guardianes y les dijo que salieran porque estaban en peligro. En el manantial del gigante nevaba todos los
días, el gigante pensó: apuesto que la razón por la que nieva es por ser tan
egoísta, entonces buscó a los niños y les dijo: -niños, perdónenme por haber
sido tan egoísta con ustedes, por favor, vengan a jugar. Desde ese día el
gigante hasta su muerte fue generoso.
Un león que pasaba por el bosque y se encontró
con un tigre y le dijo:
- ¿Por qué me rasguñaste?- dijo el león y le
pegó. 
-No me volveré a burlar de ti, perdóname, por favor.
Un
día sus amigos se le escondieron, este se molestó y los golpeó. Al día
siguiente, lo llevaron a la coordinación y la coordinadora lo dejó haciendo
planas. Por un buen tiempo Felipe no molestó ni les pegó a sus amigos. Pero un
día golpeó de nuevo a sus amigos, lo llevaron a rectoría y lo castigaron sin
descanso por un largo tiempo. De esa manera, los otros niños pudieron jugar
tranquilos.
Había una vez
un oso llamado Nicolás y un mico llamado Diego. Vivían, en un bosque lleno de
árboles. Nicolás odiaba los árboles porque se tropezaba con ellos y no podía
ver el sol, entonces los empezó a tumbar y Diego le dijo:-nos vamos a quedar
sin oxígeno. Nicolás le dijo: -¡mentiroso!
