EL CARRO Y LA
TORTUGA
Había una vez un
carro que contaminaba todo, y sabía eso, pero seguía contaminando todo por donde
pasaba sin importarle nada. Hasta que un día se encontró una tortuga, que al
darse cuenta del gran daño que le hacía a la naturaleza le dijo que no había
gasolina que no contaminara y que el uso excesivo de la suya destruía irremediablemente
al medio ambiente. Este no le hizo caso y se marchó. La tortuga insistente se lo siguió advirtiendo
durante días y el carro siguió ignorando aquello.
Un día se fue deambular
como todos los días de su vida, salió muy feliz, pero al cabo de un rato comenzó
a sentirse muy mal y empezó a notar que todos lo dejaban atrás, nadie se quería
acercar a él y mucho menos usarlo. Fue así como él aprendió que si contaminaba no
solo dañaba a los demás sino también así mismo.
“Los malos actos no debes reproducir, porque al igual que
perjudican a los demás te destruyen a ti…”
JUAN DIEGO MERLANO
TURIZO 3°A
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